Día Uno
Me levanté cuando la alarma de mi celular retumbaba en mi habitación. “Bye Love Bye” se reproducía una y otra vez, amó escuchar su voz grave por las mañanas. Con una sonrisa, comienzo a cambiarme mientras veo a mi pequeño, aunque aterrador y valiente, perro acercarse moviendo su cola con completa alegría.
—Otro día hermoso, ¿no? –Le preguntó, el brillo nacarado de sus ojos es la respuesta que recibo y enseguida sé lo que él desea.-Me lavo los dientes y damos un paseo-le aseguró al dirigirme al baño, me sigue a cada paso como si no creyera en mis palabras.
Unos segundos me detengo viendo mi reflejo en el espejo, no veo nada especial en él. Solamente una joven, cuyos ojos son los suficientes grandes como las pelotas de Golf, su labio es fino y rosado, ni hablar del cabello totalmente despeinado y corto. Acomodó algunos traviesos pelos, comienzo a cepillarme los dientes con mi cepillo violeta. Suspiró con toda la espuma en la boca. Otro día normal, otro día más.
Al salir, con mi perro atado a la correa que sujeto, notó que hace frío para ser verano, demasiado frío. Doy el típico paseo, regresando a casa. Le quito su correa y él corre libremente por la casa.
—Me voy a trabajar, ChuYuu-le aviso, sus orejas se contorsionan hacia atrás indicándome que estaba triste-. Regresaré pronto, ¿si? Pórtate bien-
Tomó mi cartera y cierro la puerta con llave, la cual sostengo en mi mano admirando unos segundos el pequeño llavero que ésta enganchado en ella. Su foto resplandece atrás del plástico transparente, tan hermoso, tan distante y perfecto, como un dios. Me preguntó cómo será su forma de ser, cómo será su verdadero carácter cuando las cámaras que lo filman se apaguen, cómo sonreirá, qué frases dirá, qué cosas le gustará. No puedo evitar ser una fan curiosa, pero fan al fin.
Caminó varias cuadras con prisa al notar en el reloj blanco de mi muñeca que ya eran las ocho de la mañana, hora en la cual siempre me tomó el colectivo para ir a mi trabajo. Estaba llegando tarde, trataba de correr un poco pero el taco de mis zapatos me lo impedía. Con suerte, llegue a la parada notando que aún había gente, el colectivo no ha pasado. Aliviada, buscó la tarjeta en mi bolso hasta dar con ella en el momento que el colectivo se detiene a mi lado. Al pasar la tarjeta por el aparato, me siento en el tercer asiento a la derecha, dejando un espacio vació a mi lado. Me pongo los auriculares en mis oídos, dispuesta a descansar una hora, tiempo en el cual el colectivo recorre la ciudad hasta llegar a donde trabajo.
El sonido del piano me envuelve por completo, su voz grave se acentúa con cada nota y marca tanto el ritmo como el sentimiento que él va dejando en la canción. Realmente, posee una “armonía” en sí.
Mi cabeza se apoyó en la ventana, mis ojos se cerraron, estaba dormitando. Un pequeño golpe, el colectivo paró bruscamente y mi cuerpo se dejó llevar por el movimiento, literalmente me estaba cayendo hacia delante. Algo me detuvo en el momento justo, abrí los ojos sorprendida y noté un par de brazos rodearme acomodándome de nuevo en el asiento.
—Deberías tener más cuidado-una voz penetrante aturdió mi oído luego que me quitará el auricular sorprendida. Me giré hasta ver quién me hablaba con tanta insolencia y arrogancia-. No es recomendable quedarse a dormir en un colectivo, ¿sabias?
¿Seguía soñando? Aunque más que un sueño, pensaría que es una pesadilla. Mordí el labio inferior para no gritar de nervios, me abrace a mi cartera y sus ojos se posaban en mi analizando cada detalle de mi persona.
— ¿Sabes hablar coreano?-preguntó incrédulo por la ausencia de mi voz, no podía reaccionar, mi cuerpo estaba convulsionado al verlo-. Tenía razón, no tenía que aceptar el reto de Yunho-.
— ¿Qué haces en un colectivo?-.Se sobre saltó al oírme hablar, mis palabras sonaban tan inseguras, quebrándose a cada segundo. Sonrió maliciosamente, mostrándome quién tenía el control de la situación.- ¿No tienen limosina?- Y un ruido me despertó aún más de mi asombro, a su lado, se encontraba un señor con una cámara portátil negra y de ella, titilaba una luz roja.
—Bienvenida a “Scandal”, mi nombre es Shim Changmin y seré tu novio durante siete días-pronunció cada palabra con desgano y me entregó un ramo de rosas amarillas. Con mis manos temblando las tomé, sin dejar de observar su rostro.-Un gusto en conocerte...-pensó unos segundos antes de continuar, consideré el detalle que olvidada mi nombre como un acto grosero.
Y fue así como comenzó nuestro “escándalo”.
1 comentarios:
opordiosopordios!!! *o*
ya quiero leer lo que siguee!!!!! =D
estaré muy pendiente de la actualización!!!!
besos!!
Publicar un comentario